Si hay algo a lo que más temen las personas, exceptuando la muerte, es el miedo a hablar en público. Parece sorprendente pero encuestas científicas, realizadas por instituciones de prestigio, demuestran que un gran porcentaje de personas -de todo nivel socio-económico- experimentan miedo, algunas veces patológico, ante la acción de exponer sus ideas y pensamientos a través de un simple discurso en público. Muchos prefieren declararse “enfermos”, “indispuestos” o “de viaje” antes que enfrentar la audiencia.
La Oratoria
La oratoria es el arte de hablar con elocuencia, se aplica en todos los procesos comunicativos hablados, tales como conferencias, charlas, sermones, exposiciones, narraciones, etc.
La oratoria ha sido utilizada por el hombre desde tiempos inmemoriales; en su condición natural de ser social y gregario, siempre ha necesitado de un medio efectivo para transmitir sus impresiones y vivencias de ahí que, aún, en nuestra moderna sociedad; computarizada e informatizada, su uso continúe vigente.
El Miedo
El gran enemigo del orador es el temor o miedo al público: paraliza la lengua, seca la boca y la garganta, produce transpiración, engendra movimientos torpes del cuerpo (brazos y piernas), traba la articulación, la voz y lo que es peor, nubla la mente.
El miedo se origina en un estado físico de nerviosismo patológico; es un complejo de inferioridad permanente o transitorio, es una sobrestimación excesiva del propio yo, que lo torna sumamente celoso e intolerante con el mínimo fracaso.
El miedo surge por la falta de confianza y seguridad personal, causada por la insuficiente preparación académica o en la natural reacción que experimenta toda persona al internarse en una situación inhabitual.
El miedo es un mecanismo de defensa, nos sirve de protección para no recibir daño manteniéndonos alertas en situaciones de peligro para reaccionar ante las circunstancias amenazadoras, no es un enemigo, sino un aliado leal.
Lo importante es aprender a canalizarlo y a utilizarlo constructivamente: “Sentir temor de manipular los cables de electricidad nos ayudará a cogerlos con cuidado y respeto".
Cualidades que el público aprecia
Cualidades físicas
El aseo personal: es la limpieza, cuidado, compostura y buena disposición de nuestro cuerpo. Ello transmite una agradable impresión a través del sentido visual y olfativo. El cuidado en nuestro peinado, maquillaje y perfume permiten un buen acercamiento de los oyentes hacía nosotros.
La vestimenta: debe ser la adecuada para la envergadura del evento, debiendo primar los principios de elegancia, limpieza y una correcta combinación de prendas y/o colores. Recordemos que el vestido resalta nuestra personalidad, formalidad y pulcritud.
La actitud mental positiva: es la condición subjetiva de nuestra mente; ésta nos permite tener una actitud mental positiva que nos impulsa a realizar lo deseado o en su defecto, una actitud mental negativa que sólo apunta a buscar excusas para no realizar lo deseado. Es importante tener actitud mental positiva para realizar exposiciones con entusiasmo y mucho optimismo.
Cualidades intelectuales y morales
Imaginación: consiste en la facultad de reproducir mentalmente objetos ausentes; de crear y combinar imágenes mentales de algo no percibido antes o inexistente. El término imaginación, incluye dos características básicas: la renovación o "reexperimentación" de lo ya vivido (memoria), y la creación de imágenes mentales que antes no existían (imaginación).
Iniciativa: es el motor que nos mueve a realizar algo por voluntad propia sin que nadie nos lo diga, ordene o motive. Involucra la acción de adelantarse a los demás en hablar u obrar, es una cualidad personal que inclina a las personas a realizar acciones para alcanzar una ventaja competitiva.
Puntualidad: es la cualidad de hacer las cosas con prontitud, diligencia y a su debido tiempo. Es ser exactos en hacer las cosas a su tiempo y de llegar a los sitios convenidos en la hora establecida.
Las diapositivas
Al momento de realizar las diapositivas ten presente:
- Al iniciar la exposición presente una lista del contenido a ser expuesto.
- Sea organizado y avance progresivamente en el desarrollo del tema.
- El tamaño de la letra debe ser el apropiado, ni muy pequeño ni muy grande.
- Evite el uso de las mayúsculas y de cursivas, son difíciles de leer.
- Use colores que contrasten entre el fondo y el texto.
- El texto debe ser simple, evita introducir párrafos, cámbialos por oraciones sencillas o esquemas.
- Emplee imágenes representativas con el tema expuesto. Las imágenes expresan más que las palabras.
- Utilice colores para resaltar partes importantes pero no abuses de ellos.
- Si puede reemplace las tablas por gráficos, son más representativos. Cuando esto no sea posible, utilízalas mostrando cifras redondeadas, en el orden de los miles.
- Las tablas, gráficos, figuras que presente deben llevar fuente, y deben tener buena resolución. Debe poderse leer sin dificultad.
- Los efectos de transición son generalmente molestos, no siempre mejoran la presentación.
- No sobre cargue las diapositivas, recuerde que las personas estarán más atento en escucharlo a usted que en leerlas.
- Revise que las diapositivas no contengan errores ortográficos.
- Al final de la presentación incluya las referencias bibliográficas utilizadas.
