La palabra comunicación es definida como “Puesta en común”, tiene la misma raíz de comunidad y común (del latín communis o communicare), por lo tanto se relaciona con una comunión entre personas, un compartir; ahora bien, en la actualidad es utilizada de varias maneras desde diferentes ciencias y técnicas, todos emplean la palabra comunicación para contextos distintos [1].
Se dice que hay comunicación entre personas o cosas distanciadas cuando se ha establecido un contacto. Este contacto se trata de una transmisión de información, se entra en contacto con otros para hacerle partícipe de ideas, sentimientos, intereses y deseos. El contacto informativo se hace a través de señales, que pueden ser imágenes, gestos o palabras que forman parte de un código que asigna significado a las señales [1].
La comunicación no verbal es igualmente importante que la verbal, se dice que la comunicación no verbal es el espejo de las emociones más ocultas, ya que todas las partes del cuerpo lanzan mensajes que permiten la exteriorización de los sentimientos. Conociendo este vinculo, resultará provechoso descubrir los mensajes sutiles transmitidos de esa manera por los interlocutores: los ojos, el tono de voz, la expresión facial y gestual, transmiten a veces más información que las mismas palabras [2].
Pese a ello, una buena parte de nuestra comunicación se hace a través de las palabras, cuando hablamos o escribimos usamos la palabra, la importancia del buen uso de la palabra se fundamenta en que se convierte en el instrumento de gestión por excelencia, y en el medio fundamental para entrar en relación con los demás y obtener resultados de estas relaciones. Georges Gusdorf precisa que “El hombre es el animal que habla”, con lo que diferencia al ser humano del resto de los animales, los cuales no cuentan con un verdadero lenguaje aunque también se comuniquen [3].
El lenguaje es fundamental en la vida social, sirve para transmitir información pero no exclusivamente para esto. Se habla para no decir nada, se habla por hablar, o para exponer lo contrario de lo que se quiere decir, para expresar sentimientos, para convencer, engañar, entre muchas cosas más [1].
Conclusión
Desde que se nace se adquiere una serie de signos como primer lenguaje, el cual permite expresar los pensamientos y sentimientos mediante reglas y convenciones léxicas y gramáticas, su efectividad depende de la capacidad que desarrolla la persona en respetar las diferencias de los otros. Cuando no se tiene una comprensión de la importancia y respeto por la palabra, es cuando se presentan los inconvenientes y disgustos entre los interlocutores.
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Referencias Bibliográficas
[2] Langevin Hogue, L. La comunicación: un arte que se aprende. Editorial Sal Terrae, España, 2000.
[3] Chanlat, A; y Bédard, R. La Administración, una Cuestión de Palabra. Sin información de la fuente.
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